LA DIMENSIÓN ECOLÓGICA O AMBIENTAL
La dimensión ecológica de la
sustentabilidad promueve la protección de los recursos naturales necesarios
para la seguridad alimentaria y energética y, al mismo tiempo, comprende el
requerimiento de la expansión de la producción para satisfacer a las
poblaciones en crecimiento demográfico. Se intenta así superar la dicotomía
medio ambiente-desarrollo, aspecto nada sencillo a juzgar por los impactos
ambientales de los modelos económicos neoliberales vigentes en el mundo
contemporáneo.
La dimensión ecológica de la
sustentabilidad está condicionada por la provisión de recursos naturales y de
servicios ambientales de un espacio geográfico. Es posible advertir que si bien
la abundancia de recursos naturales no garantiza el carácter endógeno del
desarrollo sustentable, como lo demuestra la circunstancia de tantos países
subdesarrollados que poseen una importante dotación de recursos hídricos,
minerales o energéticos; no hay duda que constituye el potencial básico del
desarrollo territorial.
Es fundamental incorporar la
dimensión ecológica en la toma de decisiones políticas y, asimismo, es
necesario examinar las consecuencias ambientales de la apropiación de los
recursos naturales que cada sociedad promueve en las distintas etapas
históricas.
LA DIMENSIÓN SOCIAL
Sabido es que el origen de los
problemas ambientales guarda una relación estrecha con los estilos de
desarrollo de las sociedades desarrolladas y subdesarrolladas. Mientras en las
primeras el sobreconsumo provoca insustentabilidad, en las segundas es la
pobreza la causa primaria de la subutilización de los recursos naturales y de
situaciones de ausencia de cobertura de las necesidades básicas que dan lugar a
problemas como la deforestación, la contaminación o la erosión de los suelos.
En relación con la sustentabilidad
social, debemos tener en cuenta que ella implica promover un nuevo estilo de
desarrollo que favorezca el acceso y uso de los recursos naturales y la
preservación de la biodiversidad y que sea “socialmente sustentable en la
reducción de la pobreza y de las desigualdades sociales y promueva la justicia
y la equidad; que sea culturalmente sustentable en la conservación del sistema
de valores, prácticas y símbolos de identidad que, pese a su evolución y
reactualización permanente, determinan la integración nacional a través de los
tiempos; y que sea políticamente sustentable al profundizar la democracia y
garantizar el acceso y la participación de todos en la toma de decisiones
públicas. Este nuevo estilo de desarrollo tiene como norte una nueva ética del
desarrollo, una ética en la cual los objetivos económicos del progreso estén
subordinados a las leyes de funcionamiento de los sistemas naturales y a los
criterios de respeto a la dignidad humana y de mejoría de la calidad de vida de
las personas”(9) . En relación con estas apreciaciones de Guimarães, la
dimensión aludida se relaciona estrechamente, además, con los aspectos
culturales y políticos de las sociedades.
LA DIMENSIÓN ECONÓMICA
El debate economía - medio ambiente
es uno de los que ha suscitado las polémicas más arduas en términos de su
relación con la sustentabilidad. Se ha señalado con razón que aún la ciencia
económica no tiene una respuesta convincente a la crítica ecológica. La
economía falla al valorar la riqueza global de las naciones, sus recursos
naturales y especialmente los precios de las materias primas. Por ejemplo, si
nos referimos al precio de los recursos energéticos agotables, es evidente que
su valoración siempre es menor que la real en términos de su preservación para
las futuras generaciones. También es posible cuestionarse si el precio que las
industrias tienen que pagar por insertar residuos no reciclados al ambiente
tampoco sea el racional. Entonces, cuáles serán los precios adecuados. Aquí se
incorpora usualmente la noción de externalidades como los aspectos ambientales
que no tienen valoración cuantitativa en la contabilidad o en el proceso de
producción. De allí la importancia de valorizar los recursos al menos por su
costo de reposición y construir con ellos por ejemplo, cuentas del patrimonio
natural para saber qué y cuánto tenemos, cómo lo podríamos usar en diferentes
alternativas y cuánto nos queda en cada caso.
LA DIMENSIÓN CULTURAL
La evolución de la sociedad hacia
estilos de producción y consumo sustentables implica un cambio en el modelo de
civilización hoy dominante, particularmente en lo que se refiere a los patrones
culturales de relación sociedad-naturaleza. “La adecuada comprensión de la
crisis supone pues el reconocimiento de que ésta se refiere al agotamiento de
un estilo de desarrollo ecológicamente depredador, socialmente perverso,
políticamente injusto, culturalmente alienado y éticamente repulsivo. Lo que
está en juego es la superación de los paradigmas de la modernidad que han
estado definiendo la orientación del proceso de desarrollo. En ese sentido,
quizás la modernidad emergente en el Tercer Milenio sea la `modernidad de la
sustentabilidad´, en donde el ser humano vuelva a ser parte de la
naturaleza”(16).
La sustentabilidad no sólo debería
promover la productividad de la base de los recursos y la integridad de los
sistemas ecológicos, sino también los patrones culturales y la diversidad
cultural de los pueblos.
Actualmente, la principal causa de la
insustentabilidad posee una dimensión cultural, según cómo sea la cosmovisión o
forma de ver el mundo. Desde ésta perspectiva, la cultura occidental
contemporánea es insustentable. Su relación con el entorno se fundamenta en la
idea de la apropiación de la naturaleza como una inagotable fuente de recursos.
LA DIMENSIÓN GEOGRÁFICA
El "Informe sobre los Recursos
Mundiales - 1992", elaborado por el PNUD, enfoca el desarrollo sustentable
como un proceso que requiere un progreso simultáneo global en las diversas
dimensiones: económica, humana, ambiental y tecnológica. Como se ve,
inicialmente se soslayaba la dimensión geográfica en su significado
específicamente territorial, pues el ambiental está naturalmente explicitado.
Si se tiene en cuenta la dimensión
geográfica de la sustentabilidad se advierte que tendrá diferentes
interpretaciones para una aldea africana, una aglomeración latinoamericana o
una nación industrializada europea. Tal vez la sustentabilidad sea más
relevante para un estado industrial por el deterioro que es ostensible,
mientras la sustentabilidad no sea aún “consciente” para una aldea africana y,
demás está decirlo, ha sido practicada por las culturas precolombinas.
Las dimensión geográfica –también
denominada territorial-, de la sustentabilidad constituye uno de los
principales desafíos de las políticas públicas contemporáneas –de ordenamiento
y planificación ambiental-, que requiere territorializar la sustentabilidad
ambiental y social del desarrollo y, a la vez, sustentabilizar el desarrollo de
las regiones, es decir, garantizar que las actividades productivas de las
distintas economías regionales promuevan la calidad de vida de la población y
protejan el patrimonio natural para resguardarlos para las generaciones
venideras.
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
El fundamento político de la
sustentabilidad se encuentra estrechamente vinculado a los procesos de
democratización y de construcción de la ciudadanía, y busca garantizar la
incorporación plena de las personas a los beneficios de la sustentabilidad.
Esta se resume, a nivel micro, en la
democratización de la sociedad, y a nivel macro, en la democratización del
Estado. El primer objetivo supone el fortalecimiento de la capacidad de las
organizaciones sociales y comunitarias, el acceso a la información de todos los
ciudadanos en términos ambientales, y la capacitación para la toma de
decisiones. El segundo se logra a través del control ciudadano del Estado y la
incorporación del concepto de responsabilidad política en la actividad pública.
Ambos procesos constituyen desafíos netamente políticos, los cuales sólo podrán
ser enfrentados a través de la construcción de alianzas entre diferentes grupos
sociales, de modo de proveer la base de sustentación y de consenso para el
cambio de estilo de vida hacia la sustentabilidad.
La sustenibilidad ambiental, sustenibilidad económica y sustenibilidad sociocultural.
ResponderEliminarCuando se aplica a los modelos de negocios, estas tres dimensiones se refieren a menudo como “la triple línea de base”, ya que representan tres consideraciones importantes que los negocios deben hacer, para cómo llevar a cabo sus funciones diarias.
Sustenibilidad del medio ambiente, como se describió anteriormente, se refiere a la protección del medio ambiente natural de una forma que asegura su longevidad.
Sustenibilidad económica, como se describe en el siguiente capítulo, se refiere a la distribución equitativa de la riqueza entre la gente de hoy en día y para las generaciones futuras de la humanidad.
Sustenibilidad sociocultural sugiere respetar los valores de diferentes culturas y asegurar que cada cultura tiene una voz en cómo se desarrolla su futuro.
Aunque cada dimensión representa un aspecto diferente de la sustenibilidad, no debe ser vista de manera aislada.
Por el contrario, debe ser vista como tres elementos interrelacionados para lograr el desarrollo sustenible.